Entre líneas
No me imagino el mundo sin libros. Es más, siempre he pensado que hacen falta libros es una casa para poder sentirme bien. De cualquier estilo o época, los libros acompañan nuestra existencia, nos hacen volar y sentir a nuestro aire.
Acostumbro a tener varios de ellos amontonados en la mesita de noche, dejando en primer lugar el que estoy leyendo en ese momento, y no hay día que pase que no lea aunque no sea una hoja o un par de ellas.
Es una forma de introducirse en una realidad paralela a la nuestra, donde imaginamos y ponemos cara al personaje del libro, con el que en ocasiones podemos sentirnos identificados o nos recuerda a alguien que conocemos.
Las sagas y trilogías no son lo mío. Y he de reconocer que tengo muchas escritoras en mis estanterías, quizás por esa forma de escribir, porque transmiten mucho en cada letra, o simplemente porque ha dado esa casualidad.
Si tengo que quedarme con un sólo libro reconozco que sería prácticamente imposible. Leí El Principito de Antoine de Saint-Exupéry y fue un flechazo auténtico. Habría que leerlo como mínimo un par de veces en la vida. Y aunque sea un clásico, no por ello no dejo de recomendarlo. Incluso creo que es un buen regalo para cualquier ocasión. En la adolescencia descubrí a Espido Freire y su "Primer Amor", un ensayo que me cautivó y unos cuantos años más tarde, en la feria del libro, tuve la suerte de encontrármela de casualidad y de que me pudiera firmar el libro, algo que me hizo mucha ilusión, porque además, poder hablar con los escritores, en ocasiones hace que puedas comprender mucho más su obra.
Entre los libros existenciales (una forma de llamar a esos libros que caen en tus manos de una forma inusual, de los que parece que la vida te pone delante para que los leas) y que hacen que te replantees muchas cosas, tengo algunos que sin duda, me sirvieron para entender mejor ciertos aspectos del día a día, para aplicar ciertas teorías a la práctica y cómo no, para valorarnos. Algunos de ellos los tengo marcados con banderitas y anotaciones a pie de página. Eduardo Punset, Elsa Punset, Randy Paush y "La última lección" (un libro que recomiendo especialmente por ser una auténtica lección de vida) y el Dr. Mario Alonso Puig, que tiene una oratoria magistral, el que he tenido la fortuna y la suerte de asistir a una conferencia en Madrid y que además, me firmara el libro suyo "Ahora Yo" que estaba leyendo en ese momento.
¿Cómo va a ser lo mismo abrir un libro y ver que su autor te lo ha firmado? En el E-Book se pierde esa magia. Aunque en este formato leí el libro de Nuria Roca y Juan del Val "Lo inevitable del amor", el que recomiendo para cualquier momento, al que me enganché y con el que reí y lloré. Fue de esos libros que terminas la última página y dices ¿Y ya está? No quería que se terminara.
Y otro fue "Donde tus Sueños te lleven" de Javier Iriondo, todo un viaje transcendental donde a base de preguntas internas te haces replantearte hasta qué punto somos un cúmulo de circunstancias y cómo nos afecta lo que nos rodea. Al final, te das cuenta de que todo depende de ti. Ahí lo dejo.
Podría hablar de muchos más libros, de aventuras, de amor, de acción, de intriga... Pero quizás en otra entrega entre líneas. Porque no podría vivir sin libros, porque transmiten conocimiento y nos invitan a descubrirnos o a aislarnos del mundo, porque nos dejan a solas con esos personajes, porque las letras forman lo que somos.
Con amor,
Inma
Algunos libros son probados, otros devorados. Poquísimos masticados y digeridos.
Sir Francis Bacon
Me ha encantado este post que comparto contigo.
ResponderEliminarMe alegra que estés leyendote el libro de Anna Vives :)
Un beso enorme