Diferencias, retos y cambios.




La vida, en sí misma es una locura. Es una reflexión a la que he llegado después de pensar que en el fondo, si te piensas demasiado las cosas, terminas por no hacerlas. O eso al menos me ha pasado en alguna ocasión.

Reconozco que hemos perdido ese instinto, en general, por estar tan súper conectados, por no escucharnos realmente, por haber perdido esa forma innata de vivir, de ser nómadas, de dejarnos llevar por la situación. Nos hemos vuelto tan flojos, tan estables y en el fondo tan cómodos que todo aquello que nos saque de nuestra zona de confort, nos produce rechazo, miedos, dudas e inseguridades varias.

Qué dificiles sómos a veces. Cuánto nos dejamos llevar por ese “qué dirán”, por “quedar bien”, porque “es lo que se espera”. Y en el momento en el que te sales de eso que se establece como “NORMAL”, todo empieza a cuestionarse. Porque lo diferente, lo distinto, nos hace chocarnos de repente con esa parte de nosotros que está encerrado, en una caverna, esperando que nadie venga a atacarnos. Y quizás salir ahí fuera supone todo un reto porque “más vale malo conocido que bueno por conocer”. 

Todos tomamos decisiones todos los días a cada instante. En algo tan sencillo como por ejemplo, dejar que suene el despertador o apagarlo para seguir en la cama cinco minutos más. Estamos rodeados de cambios, de decisiones y en el fondo, hay algunas que las tomamos casi de forma inconsciente o porque ya las tenemos tan interiorizadas que forman parte de nosotros y no lo vemos.

Aquello que nos hace temblar nuestras creencias, que nos saca de eso que nos han enseñado que es lo bueno, lo aceptable, lo esperable o lo ideal, queda superpuesto en una posición dominante que hace que perdamos el norte de lo que realmente queremos hacer o aquello que verdaderamente es el motor de nuestra vida.

Olvidamos que vida sólo hay una y que cada día, es único e irrepetibles. Consideramos que “ya vendrán tiempos mejores”, sin reparar en que el tiempo que venga no sabemos cómo será. Nos olvidamos del AHORA que nos rodea, que soy yo escribiendo estas letras y eres tú leyéndolas. No hay más que este instante que estás respirando. 

Os cuento esto porque hay momentos en la vida de todas las personas, en el que no sabemos exactamente cómo afrontar lo que nos está pasando o lo que creemos que nos va a pasar: el elegir qué carrera o estudios hacer, el qué hacer una vez que los has terminado, qué trabajo aceptar y cuál rechazar, el dejar una pareja o seguir con ella, el decidir si es el momento adecuado de tener hijos o no, el de cambiar de casa a otro lugar, o el de terminar una etapa y aceptar la venida de otra.  
Son tantas las decisiones que por pequeñas que parezcan, nos marcan, que nos cuesta asimilarlo.

Si echamos un vistazo a nuestro alrededor, y echamos la vista atrás, muchísimos años atrás, quizás el sitio donde vives no se parece mucho a lo que es ahora tal y como lo conoces. Y tú ¿eres igual que hace diez años? Posiblemente no. No sólo tienes diez años más, sino que también, habrá personas que hayan aparecido en tu vida y otras que se hayan ido. Es posible que tengas alguna experiencia más en algún ámbito, que hayas conocido lugares nuevos, que tengas nuevas expectativas o que hayas cambiado y crecido a nivel personal. 

Posiblemente, si te hubieran dicho hace diez años dónde estarías ahora, cambiarías algo. Y posiblemente es que hubieras disfrutado cada paso, con más consciencia y tranquilidad, y habrías hecho algunos cambios o ajustes. Pero eso no es posible. Lo que sí puedes hacer ahora es aprovechar cada segundo siendo tú mismo/a, sin intentar agradar a nadie. Sin esperar cumplir con las expectativas que tienen puestas sobre tí, decidiendo a cada instante qué es lo que ocupa tu mente y cuánto tiempo se queda. 

Hace diez años estaba cerrando una etapa de mi vida maravillosa. Y lo he dicho muchas veces, que sin duda, lo volvería a vivir, porque disfruté tanto, me sentí tan feliz que tengo un bonito recuerdo.
Eso no quiere decir que no disfrute de este instante, pero si me vienen recuerdos de añoranza.

Posiblemente si me hubieran dicho hace diez años que iba a estar aquí, como estoy ahora, con lo que tengo ahora y con el aprendizaje y experiencia que tengo ahora, no habría cambiado ni un ápice. Porque tomé decisiones que me han traido hasta aquí.

Somos cambio. Somos reto. Somos todos diferentes y originales, con nuestras características propias, de las que tenemos que sentirnos satisfechos y felices. Amarnos un poco más, respetarnos.

Hemos empezado el mes de Junio. Espero que seaís muy felices! Disfrutad del finde! ;) 

Comentarios

Entradas populares