Conexiones y Energías


“La energía fluye hacia donde se dirige la atención”

Feliz sábado familia!

Hoy os escribo pues me han sucedido en diferentes ocasiones esta sensación de tropezar con alguien, que te presenten una persona, o coincidir con quien sin saber cómo explicarlo, notas que hay algo que no conecta. 

Quizás es una forma muy resumida de decir que su presencia no te es muy grata e incluso, te incomoda. Y no tiene necesariamente que haber sucedido nada entre esa persona y tú, puede incluso que te hayas cruzado en la calle, o esperando en el supermercado etc, y es como que prefieres no tenerlo/a al lado. Si vas más allá, incluso tienes esa impresión de que no te cae bien. ¿Alguna explicación a esto? ¿Es posible que sin conocer a alguien, sin haber incluso cruzado una palabra, ya sientas que hay una disonancia? Sí, claro que lo hay. Y posiblemente te ha pasado más de una vez. Y es muy probable que nos vuelva a suceder en cualquier momento.

Cuando te ha atendido alguien por ejemplo y ha tenido una palabra agradable, o te ha ayudado en algo, has sentido que se han implicado o dedicado más de lo que realmente les corresponde, ese decir “han sido más amables” o “te has sentido muy cómodo/a”. ¿Sabes qué es lo que has sentido? Posiblemente no, y eso se traduce en bienestar y armonía.

Pues bien, os he hecho esta introducción porque estas dos situaciones genéricas me dieron que pensar. Todos estamos conectados unos con otros, lo queramos o no. Lo hagamos de una forma más consciente o no. Y es que a más que lo he experimentado, más creo en las conexiones y en las energías. 

¿No habéis escuchado que las emociones se contagian? ¿No habéis estado en un sitio y de repente se han empezado todos a reír y te has reído sin saber muy bien por qué? ¿O estando en una situación triste, te has puesto a llorar? ¿No has estado en algún lugar y nada más entrar has notado una sensación positiva?

Pues bien, somos energía. Y lo mismo que esta ni se crea ni se destruye, sólo se transforma, depende de nosotros el transformarla en esas buenas vibraciones y energía positiva o en esas malas vibraciones o energías negativas. Todo depende de lo receptivos que lleguemos a ser, de cuán conectados estamos con lo que nos rodea, de lo que emitimos y también de lo que recibimos. Todo influye. Todo nos influye.

Todos hemos pasado por alguna situación desagradable de malos entendidos, de alguna discusión con el tráfico, un pedido que nos llegó mal, no nos atendieron correctamente, una persona que saludas y no te devuelve el saludo... Y eso nos crea una situación de malestar, de resentimiento, intentando buscar una explicación. Ello nos parece un mundo, todo hacemos que gire alrededor de ello y es como si el resto de lo que nos rodea dejase de existir. Has provocado que esa situación, sea lo más importante en ese momento. Y es lo que vas emitiendo al resto de la gente, con una cara triste o palabras de ingratitud, gestos poco agradables entre otros. 

Nos pasa. Precisamente porque el mundo no es perfecto. Nos enfadamos con el clima (porque hace mucho frío, o mucho calor, o llueve poco o llueve mucho), nos enfadamos con la familia, con los vecinos, con los dependientes, con un mueble que siempre ha estado ahí, quieto, pero que nos ha provocado un golpe. Y es como que ya todo lo ves tan negativo que te has dejado contagiar. 

No es fácil. Lo sé. A mí también me ha pasado muchas veces, que algo concreto lo he hecho el centro y no he parado de darle vueltas. Y me he dado cuenta que el carácter me había cambiado, estaba en otra onda. No. No era yo. 

Por eso, intento llenarme de energía positiva. Intento mostrar al mundo aquello que quiero recibir. Y muy a menudo, es lo que me llega. Es cierto que hay personas que por más que lo intentas, no hay manera humana de cambiarles esa energía. ¿Qué hacer? 
Si bien hay personas con las que no tienes ningún vínculo ni conexión, la mejor opción es alejarse. Y en aquellos que sí, lo mejor es enviarles energía positiva.

Puede parecer simple, pero es un trabajo de superación personal. Principalmente porque es a nosotros a quien nos afecta, y no podemos pedirle a nadie que cambie porque algo te molesta a ti; aunque esto hay que entenderlo en el contexto que estamos tratando. 

¿Te has parado a pensar qué tipo de energía emites? ¿Eres de los que se sienten agradecidos? ¿Sonriés con frecuencia? ¿Intentas ayudar sin esperar nada a cambio? ¿Eres respetuoso con quien te rodea y lo que te rodea? En ese caso, es probable que estés en el camino adecuado pues eres transmisor de una energía buena. Y por ello, te sientes más cómodo/a donde recibes ese tipo de conexión.

Mis mejores pensamientos y toda la energía positiva que os pueda llegar a través de estas letras. Nos leemos en breve! Sed felices!

Inma

Comentarios

Entradas populares