Regalando felicidad: recibes lo que das, das lo que recibes.
“Tú siempre serás el camino de vuelta”
Feliz día!
¿Habéis empezado hoy con una sonrisa? ¿Te has sentido afortunado/a a lo largo de lo que llevas de día? Es algo que con frecuencia se nos olvida, continuando con las rutinas y con las prisas. Y no dejamos unos instantes para hacer consciencia de lo que llevamos haciendo, lo que hemos conseguido y lo muy orgullosos/as que debemos estar por haber conseguido estar donde estamos, independientemente de que sea el lugar (o no) en el que nos gustaría estar.
Aceptar las cosas y las circunstancias de la vida conforme van viniendo, no supone resignarse, sino comprender que tenemos que conseguir “pasar” para evolucionar. No es una piedra en el camino, es una herramienta para que seamos capaces de aprender de nosotros mismos. Sin duda, nunca dejarás de sorprenderte.
Hace un tiempo leí una frase que me hizo cambiar el chip: “cada día que pasa, es un día menos”. Y es que vivimos la vida pensando, sobretodo, que al ser jóvenes, aún tenemos mucho por delante, muchos días que pueden ser buenos, malos o simplemente pasables; se nos olvida que hay que sacarle el jugo a cada día, disfrutarlo y aprender (de todas las lecciones, nos gusten o no).
Hay instantes en la vida en los que no sabemos muy bien cómo actuar. Queremos agradar a los demás pero tampoco queremos traicionarnos a nosotros, así que nos ponemos como excusas, barreras, para reafirmarnos en que la decisión elegida, es la correcta. Pero después le damos vueltas a la cabeza pensando en las otras opciones. No, no hemos escogido la que queríamos realmente, la del corazón.
Si te has preguntado: ¿Soy feliz? en algún momento de tu vida, o incluso ahora, es que, realmente, no lo eres. Igualmente, cuando te preguntas si estás enamorado/a o si estás bien en el trabajo que estás etc etc. Cuando dudamos, es que en el fondo de nuestro corazón, sabemos cuál es la respuesta, pero cambiarla, inclinar la balanza, nos cuesta. Y seguimos así, un día tras otro, haciendo pasar esos días maravillosos que no vuelven.
Hace tiempo aprendí que la prioridad en mi vida soy yo misma. Y me ha costado mucho asumirlo porque intentaba hacer felices a los demás, tomar decisiones que sabía a los demás le agradaban, o simplemente, optar por dejar mi felicidad a un lado, para contentar a los demás. Y conforme iba haciéndolo, me daba cuenta de que eso, me hacía sentirme mal conmigo, a tener sensaciones extrañas y finalmente a frustrarme. Entonces supe que tenía que cambiar porque no hay nada peor que ser infiel a una.
El optimismo no es un estilo de vida. La felicidad no es algo inalcanzable, es algo que debemos (y tenemos que trabajar día tras día), casi a cada instante. Y buscar la felicidad de uno, significa en ocasiones, “desconectarse” del mundo que nos necesita, porque debemos empezar por nosotros, para poder hacer felices a los demás.
Uno en esta vida, da lo que recibe. Recoge lo que siembra. Y es así. Si tu vas dando pequeñas porciones de felicidad en lo que haces, en cómo tratas a los demás, en tu forma de ayudar a las personas que te rodean o a las que ni siquiera conoces, la vida, te devuelve las cosas con más felicidad. Somos energía y como tal, no se destruye, sólo se transforma. Ya, depende de tí en qué quieres convertirte.
Estoy en pleno momento de búsqueda, porque me he encontrado. Y este tiempo algo perdida de mi ruta, me ha servido para volver a donde quería estar. Muchas veces cuesta, pero cuando lo sabes, lo sabes sin dudar.
En estos tiempos de casi “pre-navidad” os deseo que pongáis las metas que queréis alcanzar a corto, medio y largo plazo, poniendo de vuestra parte. Y que si no se cumplen, es porque hay que seguir ajustarndo los objetivos.
Hace un tiempo leí una frase que me hizo cambiar el chip: “cada día que pasa, es un día menos”. Y es que vivimos la vida pensando, sobretodo, que al ser jóvenes, aún tenemos mucho por delante, muchos días que pueden ser buenos, malos o simplemente pasables; se nos olvida que hay que sacarle el jugo a cada día, disfrutarlo y aprender (de todas las lecciones, nos gusten o no).
Hay instantes en la vida en los que no sabemos muy bien cómo actuar. Queremos agradar a los demás pero tampoco queremos traicionarnos a nosotros, así que nos ponemos como excusas, barreras, para reafirmarnos en que la decisión elegida, es la correcta. Pero después le damos vueltas a la cabeza pensando en las otras opciones. No, no hemos escogido la que queríamos realmente, la del corazón.
Si te has preguntado: ¿Soy feliz? en algún momento de tu vida, o incluso ahora, es que, realmente, no lo eres. Igualmente, cuando te preguntas si estás enamorado/a o si estás bien en el trabajo que estás etc etc. Cuando dudamos, es que en el fondo de nuestro corazón, sabemos cuál es la respuesta, pero cambiarla, inclinar la balanza, nos cuesta. Y seguimos así, un día tras otro, haciendo pasar esos días maravillosos que no vuelven.
Hace tiempo aprendí que la prioridad en mi vida soy yo misma. Y me ha costado mucho asumirlo porque intentaba hacer felices a los demás, tomar decisiones que sabía a los demás le agradaban, o simplemente, optar por dejar mi felicidad a un lado, para contentar a los demás. Y conforme iba haciéndolo, me daba cuenta de que eso, me hacía sentirme mal conmigo, a tener sensaciones extrañas y finalmente a frustrarme. Entonces supe que tenía que cambiar porque no hay nada peor que ser infiel a una.
El optimismo no es un estilo de vida. La felicidad no es algo inalcanzable, es algo que debemos (y tenemos que trabajar día tras día), casi a cada instante. Y buscar la felicidad de uno, significa en ocasiones, “desconectarse” del mundo que nos necesita, porque debemos empezar por nosotros, para poder hacer felices a los demás.
Uno en esta vida, da lo que recibe. Recoge lo que siembra. Y es así. Si tu vas dando pequeñas porciones de felicidad en lo que haces, en cómo tratas a los demás, en tu forma de ayudar a las personas que te rodean o a las que ni siquiera conoces, la vida, te devuelve las cosas con más felicidad. Somos energía y como tal, no se destruye, sólo se transforma. Ya, depende de tí en qué quieres convertirte.
Estoy en pleno momento de búsqueda, porque me he encontrado. Y este tiempo algo perdida de mi ruta, me ha servido para volver a donde quería estar. Muchas veces cuesta, pero cuando lo sabes, lo sabes sin dudar.
En estos tiempos de casi “pre-navidad” os deseo que pongáis las metas que queréis alcanzar a corto, medio y largo plazo, poniendo de vuestra parte. Y que si no se cumplen, es porque hay que seguir ajustarndo los objetivos.
Tu mundo eres tú. La felicidad es algo tuyo. Que nadie te la quite. Nos leemos pronto.
Mis mejores deseos, llenos de felicidad.
Inma.
Me encanta leerte! 😘 Ser fiel a uno mism@ ,quererse y respetarse siempre! Dejar salir nuestra luz ,permitirnos reír,llorar... En fin ser un@ mism@!
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