Practicar la paciencia


Ten paciencia con todas las cosas, 
pero sobre todo contigo mismo. 
San Francisco de Sales.

Feliz jueves!

¿Cómo lleváis la semana? ¡Espero que muy bien! Cuando el finde está cerca, nos invade algo más de optimismo. Al menos, así lo siento yo.

Veréis, hoy os hablo de algo que he ido aprendiendo (y practicando) con el tiempo. Y es que he tenido que asimilar que la vida, tiene sus propios tiempo que en ocasiones distan mucho de la prisa que tengo por determinadas cosas. Y eso, hacía que me sintiera ansiosa, frustrada e incluso enfadada conmigo misma porque no era capaz de alcanzar rápidamente algo que me había propuesto.

Sin embargo, parece que cuanta más prisa tenemos por determinadas cosas, más nos hace la vida aprender a tener paciencia y a disfrutar de otras tantas cosas que se nos presenta.

Para ilustraros un poco lo que os estoy diciendo, os dejo una pequeño relato:

Un mandarín, a punto de asumir su primer puesto oficial, recibió la visita de un gran amigo que iba a despedirse de él.

- Sobre todo, sé paciente – le recomendó su amigo – y de esa manera no tendrás dificultades en tus funciones.

El mandarín dijo que no lo olvidaría.

Su amigo le repitió tres veces la misma recomendación, y cada vez, el futuro magistrado le prometió seguir su consejo. Pero cuando, por cuarta vez, le hizo la misma advertencia, estalló:

- ¿Crees que soy un imbécil? ¡Ya van cuatro veces que me repites lo mismo!

- Ya ves que no es fácil ser paciente: lo único que he hecho ha sido repetir mi consejo dos veces más de lo conveniente y ya has montado en cólera – suspiró el amigo.

En realidad, todos pensamos que tenemos mucha paciencia, hasta que se nos agota. Y creo que es necesario diferenciar la paciencia de los elementos que vienen de fuera de la nuestra propia. Porque cuando las variables son externas, cuando las cosas no dependen de nosotros, todo cambia. Sin embargo, cuando somos nosotros mismos lo que no somos capaces de poder controlar nuestros pensamientos, nos desesperamos. Porque ansiamos el "aquí y ahora".

Siempre se nos presentan situaciones, personas, acontecimientos donde debemos ser pacientes, ponernos a prueba. Pero también saber hasta dónde estamos practicando la paciencia.

Quizás, eso que quieres y ansías, no es para tí. O aún no es tu momento. Lo que si es cierto, es que si lo trabajas y te haces aún más fuerte.

Nos leemos la semana que viene. Sed pacientes! ;)

Inma. 

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