Cambio Constante: las dos “C” de la evolución humana







Feliz tarde de viernes!

Mientras he estado haciendo el cambio de armario (que ya parece que el tiempo propio de esta estación ya se ha instalado en la ciudad), he estado decidiendo qué quedaba dentro y qué trasladaba a la caja para el año que viene.
Me vino muy bien leer el libro de Marie Kondo “La magia del Orden” que seguramente algunos habéis leído o visto. Os dejo aquì el enlace de Amazon. No soy tan metódica como ella, pero reconozco que empecé a darme cuenta de que acumulamos muchos “por si acasos” que nos impiden disfrutar de más espacio para tener más a mano lo que realmente nos gusta, e incluso no agobiarnos con el clásico “no sé que ponerme” cuando abrimos y no sentimos conexión con ninguna prenda.

Aprovechando que la mañana se ha despertado tranquila, entre clasificación y montoncitos de ropa, he sentido algo de nostalgia, porque sin duda, cuando viene el cambio de estación, te das cuenta de que no es el calendario el que marca los tiempos, sino la propia vida la que decide que a mediados de Octubre aparece el otoño (aunque algo influye el calentamiento global, la contaminación y lo mal que tratamos la naturaleza).

Si bien es cierto que el cambio es cíclico, algo en nuestro interior nos invita a retener durante más tiempo aquello que suponga un cambio en nuestra rutina, por el miedo a salir de nuestra zona de confort y explorar nuevas aventuras que nos depara la vida.
De igual modo, me asombra cuando leo en comentarios, felicitaciones u onomásticas eso de “sigue así, no cambies nunca”. Posiblemente lo decimos como una frase hecha, pero no recaemos en el verdadero significado de decirle a alguien lo de “no cambies nunca”, cuando precisamente, por mínimo que sea, crecemos bien física o espiritualmente cada día. Todas nuestras células se van renovando, vamos adquiriendo nuevos conocimientos y cada noche nos acostamos sabiendo algo más.

¿Cómo de importante es el cambio en nuestra vida? Anclarse en el pasado, retener durante mucho tiempo ese apego a lugares, situaciones, personas o circunstancias no sólo no nos ayudan a evolucionar sino que estamos reteniendo a la propia vida que siga su curso de modo natural. No aceptar que somos cambio constante es negarnos a nosotros mismos nuevas oportunidades, cerrar los ojos a todo lo nuevo que podamos descubrir, e incluso comprobar que hay otros caminos por vivir, un poco más alejado de todo aquello que rodea ahora las redes sociales donde se venden vidas casi perfectas, donde siempre se está sonriendo y saltando, donde todos muestran o mostramos sólo una parte. ¿A quién engañamos? ¿Por qué lo hacemos? Este tema dará para escribir un post próximamente sobre el mundo blogger e influencer.

Resumiendo ya, podríamos decir que efectivamente, cambiamos a cada instante, en cada decisión que tomamos, en cada paso que damos y eso es lo que nos hace ser las personas que somos ahora.

Os espero de nuevo próximamente! Mis mejores deseos siempre, nos leemos pronto!
Inma

Comentarios

Entradas populares